STOP a las fiestas de la Gata Negra en Carasa
Desde Voces Animalistas hemos enviado la siguiente carta al alcalde de Carasa, en Cantabria. Hemos denunciado el maltrato animal al que es sometida la gata que es soltada en el centro del pueblo. La gata, estremecida y despavorida, huye de la muchedumbre poniendo en peligro su integridad física.
Se trata de una tradición por la que, dependiendo de hacia donde va la gata, las cosechas serían abundantes o no. Sin embargo, esta celebración que data de la Edad Media no se ha adaptado a los tiempos que corren sin emplear un ser vivo que sufre inmensamente.
Estimado Alcalde José Luis Trueba de la Vega:
Nos tomamos la libertad de enviarle la presente para expresarle su punto de vista sobre la celebración acontecida recientemente en su localidad “La Gata Negra”.
Quisiéramos transmitirle, en primer lugar, nuestro agrado ante el excitante y bello componente folclórico, etnográfico y artístico que sus fiestas exhiben, pues se trata de una celebración que rememora la cultura y la identidad colectiva de un pueblo, con el fin de que no quede en el olvido el día de mañana. Así pues, la celebración se nos antoja necesaria y digna de admiración, por hacer partícipes a las jóvenes generaciones en el obligado conocimiento de sus raíces. Sin embargo, es evidente que las ideas y sensibilidades no son piedras inertes depositadas en el suelo, sino plantas que nacen, crecen y mueren a lo largo de la vida. De esta forma, lo que antaño se veía con buenos ojos hoy muchas personas empiezan a verlo con suspicacia y recelo. Hace años, la ética y la filosofía no daba cabida a la cuestión “animal”, sin embargo, hoy es objeto de profundo análisis porque la sociedad está cada vez más concienciada con el hecho de que los animales son seres sintientes con un sistema nervioso que, como el humano, les permite experimentar sensaciones de dolor y alegría, entre otras.
Por ello, queremos insistir en que su fiesta nos parece sumamente atractiva a excepción de la utilización de animales en la misma. Deseamos hacer hincapié en esto, porque me considero un gran amante y conocedor de los gatos y por lo tanto, somos consciente de que estos animales experimentan un elevadísimo grado de estrés en un ambiente tan lúdico como el que se aprecia en la citada celebración. Su capacidad auditiva, por desgracia para ellos, es muy superior a la de los humanos y los perros. Para hacernos una idea, los gatos oyen el tic-tac de un reloj con cuatro veces más intensidad que nosotros. Así que no será difícil imaginarse que los ruidos y música de una celebración pueden suponer un trastorno y una grave amenaza para la salud del gato.
Dicho esto, estamos convencidas de que las fiestas se han de adaptar a las ideas de una sociedad que ya demanda derechos para los animales. Ya muchos ayuntamientos han adoptado valientemente a estas iniciativas sin por ello abandonar la celebración de sus raíces identitarias y culturales. Simplemente, a través de la creatividad los seres humanos podemos reinventarnos, rindiendo tributo a nuestra cultura.
Si ha llegado al final de esta misiva, le agradecemos mucho su lectura. Ésta es una invitación a la creatividad y a la empatía. Reinventar la fiesta seguirá permitiendo a su pueblo ahondar en sus raíces sin provocar un daño innecesario a un ser vivo y sintiente que no desea sufrir. Le animo a que dé este pequeño pero honesto paso en pos del bienestar animal, porque cumplir las leyes acerca de los animales no necesariamente significa respetar a los animales.

Comentarios
Publicar un comentario