¿Por qué no debemos utilizar el término mascota?

Según la RAE,” mascota” es:
  1. ’Persona, animal o cosa que sirve de talismán, que trae buena suerte’
  2. ‘Animal de compañía’.
Como podemos apreciar, dichas definiciones lo que hacen es cosificar a los animales domésticos (perros, gatos, hámsteres, hurones…) diferenciándolos del resto. Pero, ¿qué es para ti tu perro o tu gato? Seguramente, tu respuesta será que forman parte de tu familia, entonces, ¿por qué llamarlos mascotas?

Pero, miremos más allá. Esta definición de “mascota” no hace sino discriminar a unos animales en favor de otros pues, nunca serías capaz de comerte a tu mascota, ¿verdad? Es un término que separa a los animales: unos son para comer, para vestirnos, para divertirnos; y otros, para ser vendidos en tiendas como accesorios o compañía. 


La palabra “mascota” lleva inserta de una manera implícita la cosificación, el sometimiento, la desigualdad, por eso es importante definir bien lo que significa para nosotr@s nuestr@s más fieles amig@s.

Nunca me sentiría superior a mi amiga, no usaría el término dueña, es algo que suena muy fuerte. Mi perra no es mi esclava, no es mi sometida, no es una cosa, es algo más que eso. Es mi mejor amiga, mi confidente, mi apoyo, mi compañera. Nunca usaría el término “mascota” para referirme a ella. Ella es mi perra y yo soy su persona.

Para hacerles una idea, la domesticación se llevó a cabo allá en el 8000 a.C. en el Próximo Oriente y los primeros animales en serlo fueron las cabezas de ganado, incluidos los cerdos; y más tarde, los caballos y demás animales. En un principio, se usó la domesticación porque el ser humano pasó de cazador a ganadero y conllevó un cambio en el comportamiento y genética de los animales. El ser humano realizaba cruces entre los individuos con más capacidades de adaptación a la domesticación. 

Hoy en día, podemos decir que ese proceso selectivo artificial se ha convertido en una aberración. Hay muchas razas de perros que han sido tan manipuladas que poseen muchas enfermedades y deformaciones. Por no hablar de que, debido a esa cosificación del animal, propiciada en parte por el término “mascota”, se ha generado un aumento de los criaderos en los que los animales son tratados como meros productos.

En conclusión, puede que les parezca estúpido, pero la lengua lleva consigo una realidad aparte. La lengua es el reflejo de la cultura de una sociedad y dice muchos de los individuos de esta. Por eso, no uses la palabra “mascota” cuando te refieras a tu mejor amig@, pues este término lleva detrás una historia de desigualdad y cosificación de tu compañer@.

Escrito por  María Pérez García (integrante de voces animalistas)

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